¿Cuándo acudir a terapia?

Cuando te encuentres con dificultades personales (ansiedad, estrés, tristeza, miedo, insatisfacción, inseguridad, etc), consideres que algo falla en tus relaciones (pareja, amigos/as, familia, compañeros/as), no sepas cómo afrontar una situación, sientas malestar y no sepas el motivo, quieras averiguar cuáles son tus necesidades y darte un mejor lugar a ti mismo/a, necesites resolver eventos dolorosos, quieras adquirir un mayor bienestar, etc.

La terapia será un espacio para ti y un proceso en el que trabajar aquello que necesites, para lo que estés preparado/a y a tu ritmo.

 

¿Es efectiva la terapia online?

Se ha demostrado que la terapia online es igual de efectiva que la terapia presencial, ya que no impide la creación de un buen vínculo terapéutico y se han adaptado muchas técnicas para trabajar en este formato. 

 

¿Cómo funciona la terapia?

El proceso terapéutico se divide en 4 fases:

  1. Evaluación: en esta fase es muy importante el establecimiento del vínculo entre el/la paciente y el/la psicólogo/a. Durante el proceso de evaluación principalmente se explora el motivo de consulta, expectativas de la terapia, diferentes áreas de la vida del paciente y la historia de vida. El objetivo es identificar el origen del malestar y/o la problemática, además de los factores que lo mantienen.
  2. Devolución: se explica al paciente las conclusiones a las que el/la psicólogo/a ha llegado tras el análisis de la información recabada sobre su caso. De este modo, el paciente puede comprender la causa y los factores mantenedores de aquello que le genera malestar. Asimismo, se plantean unos objetivos concretos a trabajar y se explica cómo lo vamos a hacer.
  3. Intervención: durante esta fase, a través del diálogo y diferentes técnicas, se trabajan aquellos aspectos necesarios para la consecución de los objetivos acordados. Es habitual que entre sesiones se manden tareas para que el abordaje continúe tras éstas.
  4. Seguimiento y cierre: cuando se ha producido una mejora significativa, se han cumplido los objetivos y el/la paciente aplica en su día a día las herramientas adquiridas durante la terapia, es el momento de que funcione de manera autónoma. El/la psicólogo/a realiza un seguimiento de los avances y posibles dificultades a través de sesiones espaciadas.